El Médano, Tenerife, 26 de agosto de 2011.
Antes que habilidad, el dibujo -como la fotografía- es el arte de observar. En sus paseos junto a la playa, el Dibujante se entretiene con las formas que el tiempo y los elementos han creado: un azar geológico puso en el camino que atraviesa el desierto junto a la gran Montaña Roja, estos orificios extraños, vaginas de arena petrificada, cráteres diminutos de lunas remotas, aberturas, oquedades, gargantas mudas, bocas secas, ojos ciegos. El que dibuja -como el fotógrafo o el paseante- debe estar atento a estos encuentros fortuitos, y detenerse ante ellos para comprender el mundo sin prisas.
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