El Médano, Tenerife, 25 de agosto de 2011.
Tras las dunas, el dibujante encuentra un paisaje imprevisto: la marea penetra la muralla de arena y crea una nueva playa que no es otra cosa que un lago de aguas marinas, un lago escondido, un lugar invisible, una playa que solo existe para quien avanza, trepa y traspasa las dunas de la realidad.
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